Originalmente, la clase estipulaba que habría una penalización por llegar tarde. Esta regla siempre se ha aplicado estrictamente, especialmente para los pocos estudiantes que suelen llegar tarde. Un día, un estudiante que nunca había llegado tarde llegó tarde. El maestro fingió estar confundido y se negó a dejar que el estudiante se pusiera de pie. Como era hora de clase, los estudiantes se miraban entre sí, especialmente aquellos que fueron castigados por llegar tarde, y se sentían muy incómodos. Pero debido a la autoridad del maestro, nadie habló. Sin embargo, cuando la maestra salió de clase, hubo mucha charla en la clase. A veces los profesores son parciales y dicen palabras sarcásticas. Escuché que los estudiantes que llegaron tarde no pudieron soportarlo más y fui a la oficina llorando para pedirle castigo al maestro. Después de que el profesor le preguntó al respecto, se dio cuenta de que su parcialidad temporal en las materias resultó ser un gran error. Por este motivo, la profesora se disculpó especialmente con toda la clase.
Si este incidente duele, no solo dañará al estudiante retrasado, sino también a otros estudiantes.
Por último, quiero decir que nuestros estudiantes no son tan frágiles y también saben lo que está bien y lo que está mal. La clave está en cómo lo gestiona el profesor. Los estudiantes que violan las disciplinas escolares y las reglas de clase pueden aceptar y corregir sus errores siempre que sean castigados adecuadamente, formando así buenos hábitos y convirtiéndose en excelentes estudiantes.