El método tradicional de encuadernación de libros es coser las páginas entre sí según "etiquetas". Es un proceso bastante complicado y muchos encuadernadores están tratando de encontrar una manera de encuadernar con un pequeño trozo de alambre doblado.
En 1869, Thomas Briggs de Massachusetts, EE. UU., inventó una máquina que podía realizar este trabajo. Su máquina rompe y dobla el alambre en forma de U, luego lo usa para grapar las páginas y finalmente lo dobla para asegurar el libro correctamente.
Debido a que los pasos de la operación eran demasiado complicados, Briggs mejoró el proceso de fabricación. Primero, rompa y doble el cable para crear una serie de grapas en forma de U. Los clavos se introducen en una sencilla máquina que los incrusta en el papel. Esta máquina fue el prototipo de la grapadora comúnmente utilizada en la actualidad.