La manzana es una planta milenaria que existía en la tierra antes de que apareciera el hombre. Hace unos 20 millones de años, las manzanas estaban ampliamente distribuidas en Asia y Europa y tienen una larga historia. La zona de producción más importante se encuentra en Xinjiang, China, donde las manzanas silvestres alcanzan su punto máximo.
La investigación realizada por algunos académicos muestra que hay muestras carbonizadas de manzanas en Irán, Rusia, Italia y China.
Hábitos de crecimiento
Las manzanas pueden adaptarse a la mayoría de climas. Es la mejor opción para el crecimiento de manzanas entre 35 y 50 grados de latitud norte y sur. Las manzanas necesitan entre 1.000 y 1.600 unidades de calor y entre 120 y 180 días sin heladas. Durante el día hace calor y por la noche hace frío. La máxima radiación luminosa posible es un requisito previo para garantizar una calidad excelente. Las manzanas pueden soportar heladas de hasta -40°C.
Si la temperatura durante la floración y fructificación está entre -2,2℃ y -3,3℃, el rendimiento se verá afectado. Las manzanas florecen más tarde que otros cultivos de hoja caduca. Esto reduce la posibilidad de sufrir heladas. Sin embargo, para determinadas variedades y regiones donde los efectos de las heladas son más pronunciados, es necesario un sistema eficaz de protección contra las heladas. Lo mejor para suelos neutros y bien drenados con un pH de 6,5.