Heng: Siempre.
Los sapos, las ranas y las moscas seguían piando día y noche, sedientos y cansados, pero no obedecían las órdenes.
¿De qué sirve hablar? Hablar sólo funciona cuando es el momento adecuado.
Lo que nos dicen es que las palabras y los hechos deben ser apropiados, de lo contrario será contraproducente y no logrará el efecto.