Durante el examen de ingreso a la universidad, la maestra que estaba embarazada de más de 6 meses vino a la sala de examen para animarnos y esperó hasta que saliéramos de la sala de examen. Nos compró helado y bebidas frías.
Cuando estaba en la escuela secundaria, perdí mi dinero y mis gastos de subsistencia. La maestra me compró comida, lo cual me conmovió mucho.
1. La maestra me compró comida. Internado para la escuela secundaria. Mi familia vive en una zona rural y las condiciones en casa no son buenas. Vivo frugalmente.
Salí a la librería con algunos compañeros a comprar libros el fin de semana y mis gastos de manutención se acabaron. No sé cómo decírselo a mi familia.
Justo cuando estaba perdido, la maestra se enteró de la situación. Mi maestra cocina para mí tres veces al día.
Me emocioné mucho en ese momento. Quiero escribirle un pagaré al maestro. La maestra dijo que no tengo que devolver el dinero. Mientras le pague con excelentes resultados, se lo devolveré.
He comido la comida de la maestra durante un mes, la cual recordaré por el resto de mi vida. Se lo agradezco a la maestra.
2. Durante el examen de ingreso a la universidad, la maestra que estaba embarazada de 6 meses vino a acompañar el examen. La hermana Yu es mi maestra de secundaria y nuestra clase es la primera que se gradúa dirigida por ella. Ella es muy seria y responsable con nosotros.
La hermana Yu fue muy amable con cada uno de nosotros en la escuela secundaria. Para aliviar nuestro estrés, a menudo nos llevaba de excursión y nos cocinaba cangrejos de río.
Durante el examen de acceso a la universidad, vino a acompañarnos la profesora que estaba embarazada de 6 meses. La profesora esperó hasta que salimos de la sala de examen y nos compró helado y bebidas frías.
La profesora nos conmovió mucho y nos animó a entrar fácilmente a la sala de exámenes e ir felices a la universidad.
Los padres que nos acompañaron durante el examen también se sintieron conmovidos por nuestros profesores y elogiaron a nuestros profesores por su seriedad y responsabilidad.
Cuando nos graduamos de la universidad, la maestra nos dio un mensaje de despedida. Mi profesora universitaria era muy seria, seria y hasta un poco mezquina. Cuando me gradué de la universidad, vino a despedirnos, compró agua para cada uno de nosotros y nos dio un mensaje de despedida.
Soy un hombre pobre. Si quieres, no tienes que pagar las bebidas cuando nos encontremos hoy. La maestra utilizó estos dos poemas para despedirse de nosotros. Todo el mundo está de mal humor en distintos momentos. Después de cuatro años de experiencia universitaria, no entendemos los pensamientos del profesor.
Espero apreciarnos unos a otros y vernos nuevamente en el campus. Gracias maestros. Todas ellas son personas que vale la pena recordar para siempre.