Los primeros registros de Atrox provienen de polvorientos registros históricos. Cuenta la historia de la guerra entre dos facciones prominentes cuyos únicos nombres permanecen: la Guardia Nacional y el Rey Demonio. En ese momento, los Spell Lords habían logrado una serie de victorias abrumadoras y prometieron destruir a sus enemigos, y la Wehrmacht estaba al borde de la destrucción. El día que finalmente se encontraron, los miembros de la Guardia Nacional sabían que los superaban en número, estaban exhaustos y mal equipados. Se prepararon para el fracaso inevitable.
Cuando toda esperanza parecía perdida, Aatrox apareció entre las filas de la Wehrmacht. En tan sólo unas pocas palabras, inspiró a los soldados a luchar hasta el final. Su presencia inspiró a los desesperados soldados. Al principio, solo podían observar con asombro cómo los héroes sin nombre arrasaban con sus enemigos. Su cuerpo es como una espada gigante. Inmediatamente, los soldados sintieron su deseo latente de luchar. Se unen a la lucha contra Artox, cada uno lleno de ira contra Generate, hasta que obtienen la victoria casi imposible.
Yatox desapareció tras la batalla, pero el enfado generado por la Guardia Nacional no cambió. Su racha ganadora duró hasta el final, cuando se llevaron la victoria. Los ciudadanos los llaman héroes, pero aunque salvan a la civilización de la destrucción, la oscuridad permanece en los corazones de cada soldado. Algo ha cambiado. A medida que pasa el tiempo, sus recuerdos de la batalla se desvanecen, reemplazados por una sombría revelación: su heroísmo era en realidad solo una atrocidad que habían cometido.
Estos relatos aparecen en muchas civilizaciones. Si hay que creer en las leyendas, la presencia de Atrox cambió el curso de muchas de las batallas más importantes de la historia. Si bien estas historias lo presentan como un salvador de la Edad Media, lo que Atrox realmente dejó atrás puede ser simplemente un mundo lleno de guerra y conflicto.