Los códigos postales generalmente constan de 6 dígitos, los dos primeros dígitos representan la provincia, región autónoma o municipio, los 4 dígitos del medio representan el código postal y el último dígito es el código de control.
La invención y el uso de los códigos postales se remontan a finales del siglo XIX, originalmente para facilitar la clasificación y entrega del correo por parte del Servicio Postal de los Estados Unidos. Posteriormente, los códigos postales se utilizaron gradualmente en todo el mundo y se convirtieron en un símbolo importante del correo y la entrega urgente. Además de los códigos postales, existen muchas otras formas de localizar e identificar direcciones, como el posicionamiento GPS, códigos QR, etc., que facilitan la vida de las personas y las actividades comerciales.