El nombramiento de Arias Navarro no presagia un cambio político a gran escala. Sin embargo, el nuevo gobierno incluía a tres miembros que habían colaborado con el régimen de Franco pero que ahora apoyaban la transición democrática: José María de Areilza, que fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Garriquez, fue nombrado Ministro de Justicia; Fue nombrado Ministro del Interior. Pero para mantener el equilibrio político, el puesto de viceministro de Defensa fue otorgado incondicionalmente al general franquista Fernando de Santiago.
Pronto, otros dos funcionarios surgieron del movimiento prodemocracia. Torcuato Fernández Miranda, profesor universitario perteneciente al movimiento nacional, es el presidente del parlamento. Adolfo Suárez, que acababa de despuntar en los Juegos Nacionales, asumió como Secretario General de los Juegos Nacionales.
El nuevo gobierno se enfrenta a muchas dificultades. La situación se está volviendo cada vez más volátil a medida que llegan los llamamientos para pedir clemencia. Mientras tanto, en el País Vasco las tensiones aumentan. ETA continuó su ataque y muchos vascos apoyaron las acciones de ETA. A principios de marzo de 1976, una huelga general en Victoria duró varios días. Cuando las protestas callejeras se volvieron violentas, la policía tomó represalias, matando a tres personas y desacreditando a Fraga, un ministro conocido por sus políticas de mano dura.
Al mismo tiempo, la oposición exigió firmemente el desmembramiento del sistema franquista lo antes posible. La oposición se unió en marzo de 1976 y formó una nueva organización llamada Coordinación Democrática. El grupo declaró que no aceptaría ningún sistema político asociado a las órdenes de Franco. Arias Navarro sólo quiere pequeñas reformas al sistema de Franco, pero algunos ministros han anticipado y aceptado la posibilidad de cambios mayores.
En junio de 1976, José María de Areza acompañó al rey Juan Carlos I en su visita a Estados Unidos. Declaró su pleno apoyo a la democracia española. Adolfo Suárez mantuvo contactos frecuentes con elementos moderados de la oposición y desarrolló planes para la primera fase de la transición democrática. Durante su visita a Estados Unidos, el propio Juan Carlos I declaró francamente su apoyo a la restauración de la democracia en España. Finalmente, en julio de 1976, Juan Carlos I le pidió a Arias Navarro que dimitiera porque todavía rechazaba las reformas y se oponía a la democratización.
Primer gobierno de Adolfo Suárez (julio 1976-junio 1977)
El presidente de la Asamblea, Fernández Miranda, incluyó a Adolfo Suárez entre la lista de jefes de gobierno de tres candidatos. El rey eligió a Suárez porque creía que podía enfrentar el desafío de convencer al parlamento de Franco para que reformara el sistema franquista. Esto permitiría llevar a cabo reformas bajo el sistema legal de Franco y evitaría la interferencia militar en el proceso de reforma política.
Adolfo Suárez rápidamente tomó dos decisiones sobre la reforma política:
Una vez que la ley de reforma política sea aprobada por la votación parlamentaria y el referéndum, comenzará el proceso constitucional de España para establecer un sistema democrático liberal. En junio de 1977 se convocaron elecciones generales para elegir un nuevo parlamento. A este Parlamento se le confiará la importante tarea de formular una constitución democrática. El plan es claro, pero su realización pondrá a prueba la capacidad política de Suárez. Debe convencer a la oposición de que se una al plan para que los militares no interfieran con el proceso político y para que se pueda mantener la estabilidad en la región vasca.
A pesar de estos desafíos, el programa de Suárez avanzó desde julio de 1977 hasta junio de 1977. El presidente del Parlamento, Torcuato Fernández-Miranda, redactó el texto de la ley de reforma política. En septiembre de 1976, el gobierno de Suárez aprobó el plan. En junio de 2011, el Congreso debatió y discutió el proyecto de ley bajo la presidencia de Fernández Miranda, y finalmente lo aprobó con 425 votos a favor, 59 votos en contra y 13 abstenciones.
El gobierno de Suárez también está tratando de darle más legitimidad al plan de reforma política a través de un referéndum. 1976 65438+ Referéndum celebrado el 15 de febrero. La tasa de participación en este referéndum fue del 77,72% y el 94% de los votantes expresaron su apoyo a la reforma política.
A partir de este plazo puede iniciarse el proceso electoral (la segunda parte del plan Suárez). Este proceso elegirá representantes a la Asamblea Constituyente, que será responsable de redactar una constitución democrática.
Superada esta parte, Suárez todavía tiene que resolver un problema espinoso. Necesitaba considerar si los grupos de oposición que no participan en el cambio político deberían ser incluidos en el proceso de reforma y si los grupos de oposición que se oponen al franquismo deberían participar. Suárez ha tomado una serie de medidas cuidadosas para aumentar la confiabilidad de su plan. En julio de 1976 fueron indultados 400 presos políticos. En marzo de 1977 anunció otro indulto, seguido de una amnistía general en mayo. En febrero de 1976, se disolvió el tribunal de Orden Público (Parte 1) de la policía secreta de la época de Franco. En marzo de 1977 se legalizaron las huelgas y en abril se liberalizaron las asociaciones. En marzo de 1977 se aprobó una nueva ley electoral que equiparó el sistema electoral español al de otras democracias parlamentarias liberales.
Mediante esta serie de medidas, Suárez atendió las demandas de las organizaciones opositoras en 1974. Estos partidos de oposición se reunieron en junio de 1976 (165438+10) con el fin de crear una nueva plataforma para la organización democrática.
En agosto de 1976, Suárez se reunió con Felipe González, secretario general del Partido Socialista de los Trabajadores, e inició el proceso de contacto con la oposición. Los dirigentes del Partido Socialista apoyaron activamente a Suárez. Otro tema que obstaculiza la normalización de la política española es la legalización del Partido Productor Español (PCE). El Partido de la Producción Española es el más activo y organizado de todos los partidos de oposición. En septiembre de 1976, en una reunión entre Suárez y los líderes militares más importantes, los militares dejaron claro que se oponían a la legalización del Partido Comunista Español.