El actual resurgimiento del populismo en los países occidentales se relaciona principalmente con tres factores. En primer lugar, la gente corriente de estos países se siente privada de sus derechos. Desde la década de 1990, la brecha de ingresos en los países occidentales ha seguido ampliándose, y los beneficios traídos por la globalización económica han caído principalmente en manos de unas pocas personas, lo que ha llevado a un desequilibrio psicológico entre la gente común y corriente, lo que a su vez ha generado antielites y sentimientos antisistema. En segundo lugar, el mecanismo operativo de la política democrática occidental está gravemente desequilibrado. La política democrática moderna occidental, que se originó en el continente europeo, ha desempeñado un papel positivo en la historia, pero sus deficiencias acumuladas se han vuelto cada vez más prominentes y su mecanismo operativo está gravemente desequilibrado. Esto ha llevado a algunas personas a saltar al escenario político manteniendo en alto la llamada bandera de la opinión pública en las elecciones celebradas en los países occidentales en los últimos años. Muchos de ellos tienen opiniones extremas y sesgadas, que han tenido un gran impacto en los conceptos políticos tradicionales de la sociedad occidental. En tercer lugar, el mecanismo de movilización masiva está cada vez más modernizado y conveniente. Hoy en día, las herramientas de comunicación en red se utilizan ampliamente y los medios de difusión de información son más diversos y convenientes. Algunos políticos utilizan diversas herramientas de comunicación en línea para expresar una gran cantidad de opiniones, centrándose en inducir a la opinión pública y expandir activamente su influencia, lo que lleva a la continua propagación de sentimientos anti-élite y anti-sistema.
Aunque el populismo a menudo aparece en la forma de reflejar la voluntad del pueblo y salvaguardar los intereses del pueblo, no refleja la verdadera opinión pública. La vida política, económica y social moderna es muy compleja. Es difícil sacar conclusiones correctas y tomar decisiones políticas apropiadas basándose únicamente en algunos fenómenos para juzgar cuestiones que involucran los intereses de la gente común. Sin embargo, algunos políticos extraen fragmentos de la opinión pública para satisfacer sus propias demandas, crean ideas políticas y sociales extremas, esbozan cuadros políticos y sociales poco realistas y los expresan en formas exageradas para ganar atención y apoyo. De hecho, el llamado populismo empaquetado por estos políticos realmente no considera si los intereses del pueblo pueden realizarse. Como han criticado algunos académicos occidentales, en el populismo no hay personas.
Históricamente, la expansión del populismo en los países occidentales a menudo conduce a malestar político y social. Actualmente, los políticos de los países occidentales que mantienen en alto la bandera del populismo están haciendo todo lo posible para alardear de ser representantes de la opinión pública y encarnación de la justicia. Capturaron a la gente corriente con sus generosos discursos y sus seductoras promesas. En Internet, los populistas siguen hablando y ampliando su influencia. Llevan al pueblo a simplemente culpar de los males políticos internos a un pequeño número de élites, creando así antagonismo en el país, impactando los valores tradicionales y desgarrando la sociedad. También culpan de sus problemas sociales a la globalización económica y a la competencia "desleal" de otros países, creando así obstáculos a la apertura económica, el libre comercio y el desarrollo común. Los populistas abogan por el cambio político y un nuevo comienzo, y por políticas económicas y sociales altamente orientadas al bienestar, que fácilmente pueden causar malestar social y, en última instancia, dañar los intereses fundamentales y de largo plazo de las amplias masas populares. El ascenso del populismo en los países occidentales muestra que el sistema político de la sociedad occidental está en problemas y puede tener un impacto en el orden internacional. Deberíamos mantener una comprensión clara de la naturaleza del populismo occidental y tomar medidas preventivas adecuadas contra sus daños.