La violencia escolar ocurre de vez en cuando. Por lo tanto, las escuelas deben fortalecer el trabajo de seguridad dentro de la escuela. Por un lado, las escuelas deberían ofrecer formación en seguridad a los estudiantes para que estos niños sepan cómo protegerse adecuadamente. En segundo lugar, las escuelas deberían contar con patrullas de seguridad escolar. Cuando ocurre algún tipo de violencia en una escuela, la persona responsable de la escuela debe intervenir lo antes posible para cortar la violencia escolar de raíz, en lugar de dejar que estos niños se vuelvan locos y brindarles un ambiente de aprendizaje más seguro.
Ante un encuentro con violencia escolar, no debes permanecer en silencio. Muchos niños son tímidos e introvertidos y no están dispuestos a contarles a los demás sobre ellos mismos. Incluso si son acosados, eligen soportarlo en silencio. Este comportamiento sólo empeora la situación de esas personas. Cuando se enfrentan a acoso, deben comunicárselo a sus profesores y padres lo antes posible sin temor a represalias. Si la situación es crítica, pueden llamar a la policía directamente y nunca hacer concesiones.
Para brindar a los niños un mejor ambiente de aprendizaje, los maestros y los padres deben cooperar entre sí para brindarles más atención y seguridad a los estudiantes. Hágales saber a los niños que no deben causar problemas, pero que no deben tener miedo de meterse en problemas, llevarse bien con sus compañeros y mantener una buena relación, para que los niños no sean el objetivo de otros compañeros y dejarlos. prestar más atención a sus estudios y a sus movimientos. Si encuentran algo inusual, deben identificarlo.