La tercera pregunta después de la lección de las velas.

Sé que habéis perdido a otro buen soldado y me siento muy triste. ¡Ustedes, niños, realmente no son simples! Para luchar contra el fascismo, dejé a mis padres a una edad temprana y peleé batallas sangrientas en un país extranjero... Mis hijos también lucharon en el campo de batalla, pero ahora han muerto heroicamente... Niños, las batallas en el futuro serán ser más peligroso. ¡Sé valiente, el corazón de tus padres siempre te acompañará en la batalla; ten cuidado, el corazón inquieto de tus padres aún estará esperando tu triunfo! ¡Te deseo lo mejor! Levanté la cabeza y los miré. Todos estaban de muy buen humor, pero el humo de la guerra había pintado sus bellos rostros con una capa de oscuridad, pero sus ojos brillantes revelaban odio y bondad. Conocía los significados contradictorios de esos ojos. ¿Qué llevas puesto? En silencio deseé en mi corazón que Dios los bendijera con una pronta victoria y con una vida segura. Me incliné profundamente porque su valentía me conmovió...