En este mundo materialista, debe haber una persona adecuada que sepa apreciarte y cuidarte, que esté dispuesta a sostenerte en la palma de su mano y cuidarte como a su propia vida.
Esta emoción fue un poco de vicisitudes al principio, pero al final tuvo una pequeña y hermosa felicidad. Después de sentir la prosperidad en la superficie, sentí la pertenencia más pacífica en mi corazón.