Nadie quiere que la nata caiga primero al suelo, porque hay mucha gente a la que le gusta comer nata. Si fuera otra situación, la pasta aún se podría comer y no se desperdiciaría.
Por otro lado, la crema facial es más complicada de limpiar porque es rica en aceite. Todos esperan que no caiga al suelo.
Algunas personas tienden a perseguir la perfección y no quieren que la crema toque el suelo y destruya la forma de la crema.
El resultado es la Ley de Murphy. Cuanto más prestes atención, más descubrirás que las cosas son contraproducentes.