Los tibetanos aman mucho a Hada. En la cultura tibetana, ofrecerse Hada unos a otros es una tradición y se ha considerado la etiqueta suprema durante generaciones. Según los registros, Hada fue introducida en el Tíbet durante la dinastía Yuan. Según la leyenda, cuando el rey Pasipa del Sakya Dharma regresó al Tíbet en 1265, regaló hadas a estatuas de Buda y a monjes eminentes en los principales monasterios. Cuando Pasipa ofreció un hada a la estatua del Bodhisattva en el templo Jokhang en Lhasa, una Tara en un mural cercano también se acercó a él y le pidió un hada. De esta forma, a esta Tara se le llama “Dolmatalima”, es decir, “Tara a Hada”.
En marzo de 2017, la Región Autónoma del Tíbet promulgó e implementó oficialmente el estándar local de la Región Autónoma del Tíbet "Hatha", que estipula claramente la etiqueta para presentar un Hada: por ejemplo, ofrecer un Hada a los ancianos, debes inclinarte ligeramente y sostenerlo en tus manos o ponerlo en la mesa frente al asiento, la otra parte no devolverá un hada cuando le ofrezcas un hada a un joven, debes poner el hada en el otro; el hombro de la persona o enviarlo al brazo de la otra persona. El destinatario debe agacharse y aceptar con ambas manos a cambio. Las bodas, el arado de primavera, las bienvenidas y otras ocasiones tienen su propia etiqueta correspondiente.
El pueblo tibetano considera el hada como el regalo más preciado, y la gente de generación en generación considera que ofrecer hada es la etiqueta suprema. Debemos aprender y comprender la cultura Hada para mejorar la unidad nacional.