La historia del manejo de la espada y del kendo es casi la misma. En el antiguo campo de batalla japonés, los samuráis deben estar familiarizados con la esgrima (espada japonesa), la lanza (empuje principal), la espada (barrer y cortar), el arco, la equitación, las artes marciales con armadura cerrada, etc.
Durante la Restauración Meiji, a todos los civiles (incluida la clase samurái original) se les prohibió portar armas abiertamente. Desde entonces, la clase samurái ha disminuido. Un gran número de samuráis no tienen otros medios de vida y sólo unos pocos pueden mantener sus propias operaciones de dojo. Un pequeño número de personas deja de lado su estatus y se gana la vida actuando en la calle; un pequeño número de personas se convierte en samuráis salvajes, no diferentes de los bandidos; algunas personas pasan a otras industrias (como ser policías o agricultores); número de samuráis mueren de hambre en las calles. Al mismo tiempo, Japón llevó a cabo un rápido movimiento de occidentalización, e incluso los deportes escolares imitaron a Occidente. Después de unos diez años, algunas personas empezaron a ver la necesidad de preservar la cultura original de Japón. Una de esas iniciativas es introducir clases obligatorias de artes marciales en el departamento de educación física de la escuela. Si se implementa de esta manera, el puesto de profesor de artes marciales puede absorber a algunos samuráis y brindarles oportunidades de empleo. Como resultado, se aprobó e implementó la ley: los niños podían elegir judo o kendo, y las niñas podían elegir esgrima o tiro con arco. Este período también fue un punto de inflexión en la transición general del arte de la guerra/peifa (otro nombre de las artes marciales japonesas) en el campo de batalla a las artes marciales deportivas modernas en su conjunto: la esgrima evolucionó en kendo, el jujitsu evolucionó en judo y la esgrima evolucionó en kendo. evolucionó hacia las artes marciales.