Hace tiempo que quería escribirte, pero no lo hice por muchos motivos. Ahora por fin escribo esta carta para decirte cuánto te admiro.
Como profesora extranjera en nuestra escuela, tú, una niña, tienes grandes habilidades. Aquí no tienes parientes ni viejos amigos, solo algunos compañeros de clase con un dominio limitado del inglés, pero pareces feliz todos los días.
Lo conté, tienes seis clases cada día, mientras que mi profesora de clase solo tiene dos. Además, nuestra clase siempre tiene la última clase del día. Deberías estar cansado. Sin embargo, te ves muy fresco frente a nosotros. Admiro tu actitud ante la vida. Eres el mejor maestro que he tenido. Me enseñaste cómo enfrentar la vida y las dificultades que puedo encontrar en el futuro. Esto es algo que no puedo sentir de otros maestros. Simplemente nos imparten conocimientos. Por esas cosas, gracias. Te deseo todo lo mejor en tu vida futura.
Si está satisfecho, adóptelo.