La sandía es originaria de los desiertos secos del África tropical y se cultiva principalmente en zonas tropicales. Se cultiva en el sur de Xinjiang y Asia central desde hace más de 1.000 años, y la historia de la sandía se remonta a África, hace miles de años. Las primeras sandías silvestres crecieron en el desierto del Sahara, de donde se cree que es el origen de la fruta.
Los antiguos egipcios estuvieron entre los primeros en cultivar sandías. Consideraban la sandía como una fruta que simbolizaba el sol y la vida, y dejaron descripciones y rituales de sacrificio de la sandía en tumbas antiguas. La sandía se introdujo gradualmente en Asia, Europa y América a través del comercio y el intercambio, y se convirtió en una fruta ampliamente cultivada y consumida en todo el mundo.
Rico valor
La sandía es rica en valor nutricional. Contiene mucha agua, aproximadamente el 92% de la cual es agua, por lo que tiene un buen efecto para calmar la sed. La sandía también es una fruta baja en calorías, ya que contiene unas 30 calorías por cada 100 gramos, lo que es adecuada para controlar el peso en verano. Además, la sandía es rica en vitamina C, vitamina A y muchos minerales importantes como el potasio, el magnesio y el folato.
La vitamina C es un potente antioxidante, la vitamina A es beneficiosa para la salud y el potasio es uno de los minerales importantes para mantener niveles normales. El ciclo de crecimiento de la sandía es relativamente largo, por lo que la planta tiene tiempo suficiente para absorber la luz solar y los nutrientes, favoreciendo la acumulación de azúcar. La alta temperatura durante el día favorece la fotosíntesis y proporciona suficiente energía. La baja temperatura nocturna promueve la conversión y acumulación de azúcar, lo que hace que la sandía Xinjiang Changji tenga un alto contenido de azúcar y un sabor dulce.