En primer lugar, las vacunas no son absolutas. Según los expertos, la tasa efectiva de uso de vacunas de producción nacional en mi país para prevenir casos graves es superior al 90% y la tasa de protección general es superior al 70%. En otras palabras, la vacuna no es una panacea y hay que protegerse, especialmente el personal médico. Aunque haya sido vacunado, no puede relajar su trabajo de protección y aún necesita tomar una buena protección.
En segundo lugar, el hospital es un lugar con altas tasas de infección. En general, los hospitales que atienden a pacientes con COVID-19 son zonas de alto riesgo para la presencia y propagación del virus. Incluso si el personal médico se vacuna a tiempo contra el COVID-19, no se puede garantizar su seguridad absoluta. En otras palabras, si trabajan en este entorno todo el día, todavía corren riesgo de infección. Por tanto, debemos tomar precauciones. La vacuna es absolutamente segura.
En tercer lugar, espero que la epidemia pase pronto. La epidemia de COVID-19 ha llegado y ha traído grandes problemas a nuestras vidas y a nuestro trabajo. Los trabajadores médicos, en particular, deben estar en primera línea para luchar contra la epidemia y utilizar su profesionalismo para proteger nuestra seguridad. Aunque el virus ya ha sido suprimido, todavía no podemos relajarnos y tomar precauciones. Sólo así podremos vencer la epidemia lo antes posible y volver a la vida normal.
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