Durante mucho tiempo, los británicos sólo tenían un nombre y ningún apellido. No fue hasta el siglo XVI d.C. que se generalizó el uso de apellidos. La etimología de los apellidos ingleses incluye principalmente:
2. Agregar afijos al nombre cristiano para indicar parentesco consanguíneo, como los sufijos -s, -son, -ing; /p> p>
Mike, Fitz, etc. Todos se refieren al hijo o descendiente de alguien