¡Ay! El ángel que buscamos está siempre con nosotros.
El padre que prometió llevar a Johanna por todo el mundo murió antes de que su deseo se hiciera realidad, dejando solo un juguete para Johanna: un osito de peluche defectuoso. La pobre Johanna salió a la calle y suplicó a los turistas japoneses que llevaran al oso por todo el mundo para cumplir el último deseo de su padre. Las peticiones de Johanna fueron rechazadas una y otra vez, pero ella nunca se desesperó.
Finalmente un día, un niño alemán aceptó llevar al oso por todo el mundo. Alemania, Viena, París... un joven enamorado, un anciano moribundo, una entusiasta muchacha oriental... fue a las montañas y al mar, perseguido por delfines, mordido por gatos negros, rescatado por "ángeles" y Casi muere en tierra extranjera... En el camino, Osito conoció a mucha gente y experimentó muchas cosas. Innumerables simpatizantes de todo el mundo se sintieron conmovidos por la historia de Osita y Johanna. Equiparon al osito con una mochila, espigas, fotografías, bufandas, lazos y zapatos de madera tallados a mano... así el osito completó su viaje de esperanza con el cariño de todos.
Si la historia inocente con lágrimas saladas del libro tocó una fibra de mi corazón, entonces cuando supe que era realmente una historia real, mi corazón no solo se conmovió. Era tan simple, sino impactante. ¡Como nunca antes! ¡Qué clase de amor es ese sin razón y sin devolución!
Me he imaginado innumerables veces a los ángeles: con un par de alas blancas, cantando libremente en el cielo, esparciendo amor y esperanza a la humanidad. Después de leer este libro, de repente entendí que un ángel no tiene que tener alas, vivir en el cielo o completar tareas más allá de las capacidades humanas, pero aún así puede ser un ángel porque tiene amor.
Sí, cuando los padres ocupados empujan la puerta exhaustos, les preparamos una taza de té caliente. En este momento somos ángeles; cuando un compañero está de mal humor por algo, renunciamos a nuestro tiempo de descanso y lo acompañamos y consolamos en silencio. En este momento, somos ángeles; cuando se realiza un evento de donación de caridad a nuestro alrededor, ponemos nuestro dinero de bolsillo en la caja de donaciones. En este momento somos ángeles; caminamos por la calle, vemos animales hambrientos y los alimentamos con esmero. En este momento somos ángeles. ¡Vaya! Resulta que no necesitamos ser trascendentales o espectaculares. ¡Mientras tengamos un corazón bondadoso, sincero y amoroso, todos podemos convertirnos en los ángeles más bellos del mundo!