La culpa real, que pone a las personas en la situación presente por algo que sucedió en el pasado, es una emoción negativa que destruye la confianza en uno mismo. Al criar a sus hijos, los padres suelen utilizar la culpa para limitar su comportamiento. Aunque la intención original de utilizar esta emoción es controlar a los niños y evitar que hagan travesuras, esto puede causar más problemas sociales internos y externos a los niños en los próximos años. Independientemente de la intención del adulto de reforzar la culpa del niño, la culpa sólo le traerá emociones negativas. Los efectos negativos incluyen pánico, miedo, introversión, insomnio, vergüenza, falta de iniciativa y pérdida de autoestima.
Cuando los padres utilizan la culpa como método de disciplina para estimular a sus hijos, su propósito puede lograrse, pero en este momento el niño está completamente controlado por la ansiedad y sus emociones están ocupadas por la ansiedad. No importa la edad que tenga tu hijo, cuando utilizas esta culpa como un medio para intentar que se comporte como tú quieres, o para intentar que se sienta incómodo con lo que ha hecho, en realidad estás acelerando su ansiedad. . Las personas que están poseídas por esta emoción muestran ansiedad, tensión y preocupación en su comportamiento.
Por poner un ejemplo sencillo, cuando los padres juegan con sus hijos y fingen estar infelices, como llorar o enfadarse, obligarán al niño de 3 años a besarte porque no puede soportarlo. te veo triste. Los padres causarán a sus hijos altos niveles de ansiedad debido a este pequeño juego. De esta forma, el niño no tiene otra opción porque a partir de ahora se centrará en las personas que le hacen sentir incómoda en su vida. Es decir, cuando sea mayor todas sus decisiones estarán dominadas por esta emoción, que no es lo que sus padres quieren ver. Ser padre no es fácil. Lo que hacen los padres puede tener un gran impacto en sus hijos, no sólo durante la adolescencia sino también en su futuro.