Una estrella fugaz cruzó el cielo y no cumplí mi deseo.
Una ola golpeó la roca y me perdí mi bendición.
Se contó otra historia, pero no escuché.
Solo se vive una vez y a mí me perdí algo.
Echaba de menos una lluvia continua de primavera, una fresca mañana de verano, la última hoja de otoño y la única nieve del invierno. Extrañé los raros peces en el estanque de lotos, las rizadas nubes blancas en el cielo, una cálida llamada, una mirada conmovedora, un malentendido, una amistad sincera y un retiro.
Me he perdido muchas cosas en mi vida, lo cual es irreparable. Siempre decimos olvídalo, pero no queremos presenciar la belleza que nos perdimos. La vida es corta y el camino demasiado despejado. Para no perdernos lo que no se puede perder, elegimos perderlo. La vida no puede soportar demasiada carga, por lo que sólo podemos perderla sin poder hacer nada.
Siempre hay más cosas perdidas en la vida que no perdidas. Todo el mundo las extrañará innumerables veces, por lo que no tenemos que sentir pena por nuestros errores, sino estar felices por lo que tenemos.
Música: Susurros de Otoño