Las obras de Beethoven incluyen "Para Alice", "Oda a la alegría", "Claro de luna", "Sinfonía del destino", "Sinfonía pastoral", "Sonata", "Concierto para piano n.º 5".
Se podría decir que Beethoven estuvo en la pobreza durante toda su vida, pero fue capaz de llevar felicidad a las personas que lo rodeaban cuando sentía más dolor. Tiene pasión por la vida y podemos sentirlo en sus canciones.
Aunque a veces me siento enojado y triste, a veces me siento vacilante y doloroso. Sin embargo, Beethoven definitivamente no era el tipo de persona que vivía en un pequeño agujero. Su mente era tan amplia como la Vía Láctea. Nunca tuvo ninguna insatisfacción con la vida, ni suspiró por su injusto destino.
El cuarto movimiento de la "Novena Sinfonía" de Beethoven se llama "Oda a la Alegría", también conocido como "Oda a la Libertad". Este movimiento es la inspiración de Beethoven para la sinfonía. Una innovación audaz, la voz humana se utiliza como instrumento en la banda y se integra con la orquestación de la banda. Este fue un trabajo pionero en ese momento. Todo el movimiento se divide en dos partes.
La primera parte incluye la introducción, el recitativo del violonchelo, el recuerdo de los temas de los tres primeros movimientos y la presentación por parte de la orquesta del tema de "Oda a la Alegría". La segunda parte es una mezcla de voz y banda, compuesta por cuatro secciones de coro de carácter enrevesado.