No es terrible “grabar cosas que no quieres” por el momento. Lo aterrador es que después de ingresar a la universidad, todavía no sabes cuáles son tus intereses. Si juzgar lo correcto o incorrecto de una especialidad no se basa en el deseo interno de una persona, sino en qué especialidades son más populares y cuáles parecen tener mejores perspectivas de empleo, es muy probable que se cometa el mismo error una y otra vez. Elegir una especialidad al principio es ciego, y cambiar de especialidad más tarde también es ciego.
Porque especialidad nunca es sinónimo de sueños, y la misma especialidad no significa el mismo destino. En términos generales, la especialidad que estudias en la universidad y tu carrera final a menudo no coinciden. Si considera la universidad como un proceso de ampliación de horizontes y de cultivo de su forma de pensar, en lugar de un campo de formación vocacional, es posible que pueda comprender mejor el significado de las carreras universitarias. Enriquecerse y mejorarse continuamente y convertirse en una persona más fuerte son los fundamentos para adaptarse a los cambios constantes.
Cómo elegir la especialización equivocada:
En comparación con la "especialidad" y la "profundidad" de la escuela de posgrado, los estudiantes universitarios pueden explorar libremente varias disciplinas y no hay necesidad de limitarse a campos profesionales. Durante los cuatro años de universidad, puedes tomar cursos en muchas otras especialidades, incluidas especialidades menos populares como historia del arte y museología, y especialidades populares como economía y finanzas.
La universidad está llena de posibilidades y no existe una regla universal que pueda decirnos qué especialidad elegir. Quizás todavía estés dividido entre la escuela y la especialidad, o enfrentes conflictos entre intereses y empleo. Sin embargo, tal vez la elección de la especialidad en sí sea más significativa que elegir cualquier especialidad.
Significa que comenzamos a tomar nuestras propias decisiones, a explorarnos a nosotros mismos y a aprender a lidiar con la tensión entre los ideales y la realidad.