Hoy leí el artículo "Guan". Sentí el buen corazón de este niño y la verdad de que debemos apreciar la vida, fortalecernos y respetarnos a nosotros mismos.
El artículo trata principalmente sobre un hombre que sostiene un cartel que vende cachorros en el mercado de mascotas. Después de un rato, un niño se acercó al hombre y le preguntó el precio del cachorro. El hombre negoció y accedió a dejar que el niño cuidara al cachorro. El niño se arrodilló para jugar con el cachorro y vio a un cachorro que lloraba. El pequeño le preguntó al hombre qué pasó con el cachorro. El hombre dijo que el cachorro estaba cojo y enfermo. El niño dijo que quería comprar el cachorro. El hombre dijo que el cachorro no estaba en venta, pero que si el niño lo quería se lo podía dar. Pero el pequeño no estuvo de acuerdo e insistió en vender el cachorro al mismo precio. El hombre dijo: No puede jugar con la gente como otros cachorros. El pequeño dijo que el cachorro necesita que alguien lo entienda y le dé amor. Después de decir eso, el pequeño se subió las perneras del pantalón, dejando al descubierto sus piernas deformes.
Un cachorro está cojo, y por supuesto se siente infeliz. Pero el pequeño usó sus acciones para demostrar que la vida de las personas discapacitadas aún debe ser respetada, y también hizo que el cachorro sintiera el calor del mundo, porque sabía que había un pequeño dueño que era tan desafortunado como él pero aun así Vivo y fuerte se preocuparía por él, lo amaría y definitivamente obtendrá la vida más feliz de su pequeño maestro.
De esta historia, también sé que no importa las dificultades que encontremos, siempre y cuando no nos rindamos, definitivamente obtendremos respeto y ayuda de los demás. También creemos firmemente que hay personas buenas en todas partes de este mundo, por lo que incluso si encontramos contratiempos en la vida, debemos creer firmemente que alguien nos ayudará, tal como ayudaremos a los pobres y discapacitados. Esta vez, con el contacto del profesor, ayudamos a los estudiantes pobres. Varios de nuestros compañeros les enviaron útiles escolares y cumplieron sus deseos de Año Nuevo. Algunos estudiantes alguna vez se tomaron el tiempo para visitar a los huérfanos en orfanatos. Creo que nuestras acciones definitivamente calentarán sus corazones y merecen el cuidado y la ayuda de todos, al igual que nosotros.