La universidad es como un pasaporte que te lleva a través del tiempo y el espacio y cambia tu forma de pensar: desde aprender un nuevo idioma hasta pensar en la historia humana y un análisis en profundidad de la composición de la materia. Las universidades permiten a los estudiantes reexaminarse a sí mismos de diferentes maneras y explorar similitudes y diferencias con las vidas de personas en otras épocas y países.
La importancia de la velocidad para la economía mundial es evidente. Pero al mismo tiempo, el proceso de "pensar" a menudo se ignora, del mismo modo que nuestros cerebros se esfuerzan por alcanzar a las máquinas y dejar de pensar para comunicarse más rápido entre sí. Los estudiantes de educación universitaria intentan "reducir el ritmo" y transformar la información en conocimiento, comprensión e información. Disminuir la velocidad también puede cultivar a los estudiantes para que aprendan a participar de manera crítica, aprender a cuestionar con audacia y desarrollar una sed interminable de educación de nivel superior, permitiéndoles pensar de manera integral sobre la información, aumentar su conocimiento y vivir sus vidas sabiamente.
Como institución educativa más elevada de la humanidad, su esencia debe estar relacionada con la capacidad última de la humanidad, es decir, la mente y el alma. Optimice en lugar de embotar sus propios pensamientos, piense en el significado de la vida y de la sociedad, piense en quién es usted, de dónde viene y hacia dónde quiere ir. Es la optimización de estos conceptos lo que permite a toda la sociedad seguir progresando y avanzando.