No puedo olvidar el ruidoso campus. Hay muchos juegos interesantes en el patio de recreo, y las risas y risas de los alumnos se funden en una hermosa y conmovedora canción, que simboliza la eterna amistad entre nosotros. En la cancha de baloncesto, en mi mente se han jugado muchos partidos de baloncesto feroces y emocionantes. En el ámbito del deporte, ¿cuántos juegos deportivos maravillosos se han celebrado? Todos sudaban como lluvia en la cancha y las porristas gritaban “vamos” con todas sus fuerzas. Quizás los deportistas se inspiraron en sus compañeros y profesores y consiguieron la victoria final...
No puedo olvidar que, como el jardinero, nuestro profesor nutrió la hierba sin llorar. Nos enseñaron todos los conocimientos que han aprendido en esta vida sin reservas, y también nos enseñaron cómo comportarnos. Cuántas veces de atención cálida y amorosa, cuántas veces de enseñanzas sinceras, no lo olvidemos nunca. Ignorantes, contradijimos una y otra vez al maestro. El maestro debe haber estado triste por esto muchas veces, pero cuando se enfrenta a los alumnos, todavía tiene esa cara sonriente que nunca se desvanece...
Nunca olvidaré a esos compañeros que los llamaban cariñosamente. Cada pequeña ayuda, cada sonrisa alentadora y cada cálido saludo han construido un puente de amistad en nuestros corazones. Aunque estas cosas parezcan triviales, son suficientes para hacernos felices toda la vida...
Efectivamente, todavía no puedo olvidarlas. ¿Es tan fácil olvidar algo que lleva seis años conmigo? La respuesta es: no, el campus pintoresco, los profesores que enseñan con seriedad y los compañeros que se llevan bien día y noche se han convertido desde hace mucho tiempo en una parte indispensable de mi corazón...
Después de seis años de estar juntos , Todavía quiero ser sincero. Di "¡Adiós, querido maestro! ¡Adiós, compañeros animados y encantadores! ¡Adiós, el alma mater que nos cultivó!"
Chen, un estudiante de sexto grado en Zixing Second Complete. Escuela primaria en Chenzhou, Hunan