Nadie apagó las luces conmigo, y nadie * * * durante la mitad de mi vida.
Nadie me acompañará por la noche, nadie compartirá conmigo el vino.
Nadie limpia mis lágrimas, nadie sueña conmigo y el pasado.
Nadie miraba las estrellas conmigo, nadie me despertaba para decirme que mi té estaba frío.
Nadie escucha mi voz, nadie resuelve mis sueños.
Nadie me hizo llorar y nadie se preocupó de que me fuera solo.
Mirando hacia el lugar desolado, bajo la tenue luz, no había nadie esperando.
Este pasaje de "Seis capítulos de una vida flotante" ha hecho derramar lágrimas a innumerables lectores. La soledad y la tristeza del mundo que experimentó Shen Fu, quien perdió a su amante, se expresan vívidamente en sus palabras. Nadie me acompaña a disfrutar de la vista nocturna, nadie me pregunta si la papilla está caliente, nadie me acompaña a apagar el aceite de la lámpara y nadie me acompaña a escribir nuestra vida.