Se quedaron un rato mirando el ataúd de su amigo. "Es un buen amigo", dijo el primero. "Es muy generoso y amable. Démosle algo de dinero y dejemos que lo gaste en el cielo".
Los otros dos amigos estuvieron de acuerdo. Pensaron que era una buena idea.
La primera persona sacó su billetera del bolsillo, la abrió, sacó 100 dólares y los arrojó dentro del ataúd.
El segundo amigo no quería que otros dijeran que era tacaño, así que también abrió su billetera.
"Hiciste lo correcto", dijo. "A menudo ayuda a sus amigos. Debería conseguir todo lo que necesita en el más allá." El orador también tomó 100 dólares y los colocó en el ataúd.
El tercer amigo los miró a los dos y pensó un rato. No quiere que otros lo llamen tacaño, pero realmente odia gastar dinero.
Luego sacó su chequera, emitió un cheque por 300 dólares y lo arrojó dentro del ataúd. "No tenía ningún cambio", dijo, "pero era un cheque por $300, ¡así que di la misma cantidad!"