Prosa clásica de esa época

En ese momento, tú eras una mariposa y yo era una flor caída. Mi corazón estaba roto y las alas de mariposa estaban por todo el mundo.

En ese momento, tú eras la estrella y yo era la luna creciente. Las sombras estaban equivocadas y la vida estaba vacía.

En ese momento tú eras el cantor y yo la pipa, cantando en tiempos convulsos y amando profundamente al mundo.

Jinge, flor de agua, momento,

La voluta de humo verde transmitida de generación en generación embellece el cuento de hadas entre tú y yo.

No importa el brillo,

3000 Lotus, me preocuparé por el resto de mi vida,

Está ahí,

Tú eres el libro de mi vida Los cómics que todos extrañan,

¿Dónde están las cosas que se elogian y las que no se pueden elogiar?

¿Eres tú? ¿eres tú?

Estoy esperando tu respuesta sobre la reencarnación.

En aquel momento, tú eras la leña y yo era la llama, quemando el matrimonio y depositando las cenizas.

En ese momento, tú eras las yemas de los dedos y yo los hilos. Cuando los hilos cayeron, las flores aún persistían.

En ese momento, tú eras un ganso solitario y yo era un pedazo de cielo azul. Cuando pasan las marcas de las alas, sólo queda el punto.

Has recorrido un largo camino, un largo camino,

No pude ver tu expresión en ese momento,

Di un paso atrás desesperado, Yendo hacia atrás , sólo para verte por última vez,

Las fábulas talladas a lo largo del tiempo son infinitas,

Quiero ser un loto rojo tranquilo en tu vida,

Floreciendo la deslumbrante belleza de esta vida para ti,

Cómo desearía que fueras una cometa volando en el cielo,

Sosteniendo un pergamino, envolviendo un momento con una línea de distancia.

Extrañación, nostalgia, amor,

Me arrodillé frente al Buda y oré durante mil años, diez mil años,

Finalmente no lo hiciste. Aparece,

En el borde de los sueños, lotos rojos marchitos, pieza por pieza,

Si mi corazón que espera te dice adiós,

Cuando vengas , el costado de mi barco ya hemos llegado a la orilla.

Si hay una vida futura,

no puedes vivir conmigo, ¿vale?

En aquel tiempo, tú eras la roca y yo era la costa. El cielo y la tierra giraban, el mar estaba seco y las rocas se quebraban. tú eras el agua que fluía y yo era la flor. Estuvimos enamorados para toda la vida.

En aquel momento, tú eras un pez y yo era una ola. Cuando las flores florecieron tarde, la vida se acabó.

Mi voz hace eco en la Piedra Sansheng,

Los arrepentimientos que se rompieron y secaron en el Puente Naihe,

vagarán nuevamente en la próxima reencarnación.

Desvaneciéndose, desvaneciéndose silenciosamente,

Oscuro, pero tan oscuro,

La promesa es tan corta en extensión, pero tan corta,

Abre la puerta, cuya figura está tan solitaria,

Gritando, cuyo último grito...

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