La tasa de interés negativa (NegativeInterestRate) se refiere a un fenómeno en el que las tasas de interés de depósitos o préstamos son inferiores a cero en un determinado entorno económico. En términos generales, cuando una economía cae en recesión o enfrenta presiones deflacionarias, los bancos centrales pueden adoptar políticas de tasas de interés negativas para estimular la economía.
Los tipos de interés negativos se pueden dividir en dos tipos: tipos de interés negativos nominales y tipos de interés negativos reales.
Tipos de interés nominales negativos: Los tipos de interés nominales negativos se refieren al tipo de interés de referencia fijado por el banco central por debajo de cero. En este caso, un depositante pone su dinero en un banco pero recibe menos intereses que el capital original. Por ejemplo, si la tasa de interés del depósito es -1, entonces un depositante que deposite 100 yuanes sólo podrá retirar 99 yuanes después de un año.
Tipos de interés reales negativos: Los tipos de interés reales negativos se refieren a situaciones en las que el tipo de interés real está por debajo de cero después de tener en cuenta la inflación. En este caso, aunque la tasa de interés nominal puede ser positiva, el poder adquisitivo de los depositantes sigue estando realmente reducido porque la tasa de inflación es mayor que la tasa de interés nominal. Por ejemplo, si la tasa de interés nominal es 2 pero la tasa de inflación es 4, entonces la tasa de interés real es -2.
El objetivo principal de la política de tipos de interés negativos es estimular el crecimiento económico y la inflación. Durante períodos de recesión o deflación, los consumidores y las empresas pueden optar por mantener efectivo y reducir el consumo y la inversión, exacerbando así la recesión. Al implementar políticas de tasas de interés negativas, los bancos centrales alientan a los consumidores y a las empresas a pedir prestado e invertir para estimular la demanda y el crecimiento. Además, las políticas de tipos de interés negativos también pueden reducir el tipo de cambio de la moneda local, promoviendo así las exportaciones y ayudando a impulsar la economía.
Sin embargo, las políticas de tipos de interés negativos también conllevan ciertos riesgos y desafíos, como una menor rentabilidad bancaria y una mayor volatilidad en los mercados financieros. Por lo tanto, al implementar políticas de tasas de interés negativas, los bancos centrales deben sopesar los pros y los contras para garantizar la racionalidad y eficacia de la implementación de políticas.