Alguien me preguntó: "¿Hay alguna relación entre la pobreza y la educación de los padres?". Creo que tiene mucho que ver.
Ya sea pobreza económica o pobreza espiritual, refleja directamente la falta de educación familiar.
Si una familia con una economía familiar débil lucha todo el día por ganarse la vida, no puede dar seguimiento a la educación de sus hijos, carece de acompañamiento en el crecimiento de sus hijos y no presta mucha atención a sus hijos. Durante el desarrollo ideológico de los niños, es fácil que sus hijos crezcan. Rezagados en el aprendizaje, sin recibir la orientación correcta para crecer y sin objetivos superiores en el pensamiento, los niños se han embarcado en un camino estrecho tanto en la vida como en el pensamiento.
Las familias con malas condiciones económicas, pero que dan gran importancia a la educación de sus hijos y tienen una actitud positiva, harán que sus hijos comprendan que la pobreza económica se puede cambiar a través del trabajo duro. Los niños están dispuestos a aprender y son proactivos. Y no importa lo ocupados que estén sus padres, no se perderán su crecimiento, por lo que los niños cultivados por esas familias son más independientes y se esforzarán por enriquecer sus vidas y pensamientos.
Las familias con una buena base económica familiar, los padres que valoran la educación y tienen ciertos conceptos educativos, tienen más tiempo para centrarse en el aprendizaje de sus hijos, más espacio para desarrollar los intereses de sus hijos y comunicarse bien con sus hijos. Respete las ideas de los niños, sea capaz de escuchar los pensamientos y opiniones de los niños y lidere el crecimiento de los niños. Los niños cultivados en familias así tienen un desarrollo integral en todos los aspectos, tienen un fuerte sentido de autoeficacia, tienen confianza en la vida y tienen búsquedas espirituales.
Familias con buenas condiciones económicas pero que no prestan atención a los métodos educativos, si solo prestan atención a la economía y no a las necesidades reales de los niños, sino que ciegamente satisfacen o miman a los niños, también provocarán la Los niños son arrogantes y hedonistas, poco dispuestos a desarrollarse intelectual y espiritualmente.
Por eso creo que una familia, sin importar el nivel económico, no debe olvidar comunicarse con sus hijos, prestar verdadera atención a todos los aspectos del crecimiento de sus hijos, brindarles un cuidado cálido y enriquecerlos espiritualmente. y colorido.