Después de clase, Xiao Lei, un joven talentoso, se acercó a mí y me dijo: "Maestro, ¿por qué se llevó sus cosas? ¡Es así de simple!". "Sí, los gadgets son como juguetes. Nosotros los tenemos". ¡Para llevárselos!" coincidieron los estudiantes del lado. Pensé por un momento y dije: "Solía confiscar, pero después del accidente cambié mi método". Varios compañeros estaban ansiosos por saber la verdad, así que le pedí a Xiaoze que me contara una historia. "Hace más de 20 años, la Clase 6 (1) que enseñé estaba a punto de graduarse. Xiaohong en la clase era un estudiante con dificultades de aprendizaje. Descubrí que siempre estaba distraído en clase, bajando la cabeza y jugueteando con algo. Una vez, De repente me acerqué a él y tomé. Era una consola de juegos que era muy popular en ese momento. La puse en mi oficina cuando se acercaba la graduación. No pude encontrarla en el cajón. ¿La perdí cuando salí? estudiar unos días, o...? Luego fui a la tienda en la entrada del parque y no pude encontrar el mismo. Le compré otro a Xiaohong y no lo quería cinco o cinco. Seis años después, recibí una carta de Xiaohong. Me dijo que se había unido al ejército y mencionó específicamente la consola de juegos. Dijo que era un regalo de cumpleaños de su padre, que era marinero. Niño travieso y voluntarioso. La maestra se disculpó. Después de leer la carta de Xiaohong, no pude calmarme durante mucho tiempo. Desde entonces, nunca he confiscado herramientas ni juguetes escolares a los estudiantes. La historia, dijo Ozawa seriamente. Al escuchar, Xiao Lei y otros estudiantes también escucharon atentamente. Cuando me detuve, todavía estaban sumergidos en él. Le dije: "¿Qué trucos tienes para ayudar a Ozawa a deshacerse de los dispositivos?". Tan pronto como terminé de hablar, varios estudiantes se apresuraron a darle algunos consejos a Ozawa. Parece que es mejor que los niños eduquen a los niños. Ozawa siguió asintiendo. Durante las siguientes clases, el control de Ozawa aumentó. Resultó que su vecino de la misma mesa se lo recordaba de vez en cuando.
El pasado de la educación es un recuerdo precioso para un educador. Escuchar a los profesores hablar sobre el pasado no inspira a los estudiantes. La premisa es abandonar la dignidad del docente y tener una relación de corazón a corazón con los alumnos.