Aunque la mayoría de las enzimas son proteínas, algunas moléculas con funciones biocatalíticas no son proteínas. Algunas moléculas de ARN llamadas ribozimas [3] y algunas moléculas de ADN [4] también tienen funciones catalíticas. Además, las denominadas enzimas artificiales sintetizadas artificialmente también tienen una actividad catalítica similar a la de las enzimas. [5] Algunas personas piensan que las enzimas deberían definirse como macromoléculas biológicas con funciones catalíticas, es decir, las enzimas en esta definición incluyen proteínas y ribozimas con funciones catalíticas. [6]
La actividad catalítica de una enzima puede verse afectada por otras moléculas: los inhibidores son moléculas que pueden reducir la actividad enzimática; los activadores son moléculas que pueden aumentar la actividad enzimática. Muchas drogas y venenos son inhibidores de enzimas. La actividad enzimática también se ve afectada por muchos factores, como la temperatura, el entorno químico (como el valor del pH), la concentración del sustrato y las ondas electromagnéticas (como las microondas [7]).
Las enzimas también son muy utilizadas en la industria y en la vida diaria de las personas. Por ejemplo, las empresas farmacéuticas utilizan enzimas sintéticas específicas para sintetizar antibióticos; los detergentes para ropa con enzimas ayudan a eliminar las manchas y la grasa de la ropa al descomponer las proteínas y las grasas.