¿Qué significaba vendedor ambulante en la antigüedad?

El significado de vendedor ambulante en la antigüedad es: comerciantes populares Han que venden comestibles diarios en áreas rurales o callejones urbanos, y algunos también compran productos locales. También conocido como "Vendedor". Antiguamente había vendedores que cargaban mercancías a hombros e iban de puerta en puerta por el campo, tocando tambores y pregonando.

Los vendedores también son famosos por tocar los tambores. Cuando van al pueblo a tocar el tambor, el ritmo es "Sal, sal, sal para llamar a la gente a comprar productos". Cuando sale más gente, el vendedor saluda alegremente "¡Hola Delongdong! ¡Heydelongdong!" Después de la fundación de la República Popular China, el transporte se volvió más conveniente y las mercancías circulaban más rápido, por lo que el hombro del vendedor desapareció gradualmente. Fuente: Cita de "Peach Blossom Girl" de Wang Ye de la dinastía Yuan: "Quiero bordar algunas flores, pero no tengo aguja, así que no puedo esperar a que el vendedor las compre".

Lang es una figura mágica en China La profesión es también un recuerdo amargo y dulce en el proceso de modernización de China. Todos los niños rurales nacidos en los años 1970, 1980 y 1990 han visto y tratado con vendedores. Cuando el vendedor entró en el pueblo, agitó su sonajero y gritó. El sonido era muy agradable. La carga del vendedor suele ser muy pesada y los productos del interior son coloridos. Si miras más de cerca, todavía hay una leve fragancia. Los productos del vendedor son de varios tipos y formas, y puede considerarse como una pequeña tienda móvil.

Se trata generalmente de mercancías pequeñas, como agujas e hilos, juguetes para niños, zapatos, calcetines y ropa interior... Algunos vendedores no sólo compran cosas, sino que también las cambian por pelos de aldeanos, cerdas de cerdo, pelo de cerdo, etc. Más tarde, escuché de adultos que la vida de un vendedor era muy dura y que generalmente se quedaba por la noche en una granja. Si hay comida, comeré. Si no hay comida, comeré una taza de agua hirviendo y un trozo de alimento seco para saciar mi hambre. Los niños de esa época eran los que más amaban al vendedor ambulante, con todo, desde pequeños aviones hasta ranas primaverales. La carga del vendedor ambulante era como un cofre del tesoro, siempre brindándoles innumerables sorpresas y emociones.

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