Ese momento es inolvidable para mí. Composición.

En ese momento, el mundo estaba tan tranquilo que se escuchó un estruendo cuando las hojas cayeron. El otoño ya es muy profundo, pero mi corazón de repente tiene el calor de la primavera en este momento. ——Inscripción

Cuando el sol poniente rocía el polvo dorado derretido por todo el mundo, el cielo y la tierra se vuelven turbios Al anochecer, los pájaros cansados ​​regresan a sus nidos y el viento arrastra las hojas caídas. en la distancia. Caminando solo por las calles ruidosas, observando a la gente pasar.

No muy lejos, una pareja de enamorados caminaban uno al lado del otro por un sendero cubierto de hojas caídas, vestidos con gruesos abrigos de algodón, con sonrisas felices en sus rostros, compartiendo los dulces en sus manos. Qué hermosa imagen, como una hermosa nota en este mundo amarillo, capaz de tararear una melodía tan suave y tocar las fibras del corazón de todos. Sin embargo, sin darme cuenta descubrí que dos envoltorios de dulces giraban y caían con las hojas que caían… En un instante, las dos figuras que se alejaban parecían llevar una frialdad repentina, entrelazando fuertemente a todas las personas. Solo pude sacudir la cabeza con impotencia, viendo cómo la hermosa nota se convertía en la nota final en un instante, incapaz de prolongarse, dividida abruptamente en una sección y terminando de manera apresurada.

Hacía mucho frío, y los dos envoltorios de caramelos subían y bajaban con las hojas caídas en el suelo. Nadie estaba dispuesto o quería recoger los envoltorios de caramelos y tirarlos al cubo de basura que había al lado. . Justo cuando estaba a punto de darme la vuelta e irme, un anciano atrajo a una niña de unos cinco o seis años que saltaba ante mi vista. Por alguna razón, involuntariamente me detuve y miré a los viejos y a los jóvenes. De repente, el anciano pareció ver los dos envoltorios de dulces. Miró a la niña, pero no dijo nada. La niña se quedó mirando sin comprender, luego de repente pareció entender algo, se inclinó y recogió el otro.

En ese momento, fue como si un descanso hubiera detenido el mundo, y todo lo ruidoso quedó sumergido en las leves sonrisas de viejos y jóvenes, y quedó en silencio. En ese momento, las huellas del otoño se extendieron por los empeines y llegaron a mi corazón, haciendo que mi corazón se sintiera como primavera en un instante. El resplandor del sol poniente se inclinaba sobre las dos personas, y sus figuras se superponían en una sinfonía silenciosa. Admiré esta imagen tranquila y armoniosa. Tal vez sea la atmósfera del crepúsculo la que genera el calor silencioso y peludo, y sí, todo está lleno de una dulce fragancia. Ese momento quedó grabado en mi mente e impreso en el negativo en color de mi vida.

El tiempo pasa lentamente fuera de la ventana, y los días pasan así. He ignorado varios otoños e inviernos, y el tiempo parece haberse detenido en ese momento, porque no puedo olvidar el raro calor del final del otoño.