La primavera ya está aquí, el clima es cálido y la gente sale a jugar de dos en dos y de tres en tres, unos aquí y otros allá. La risa feliz atrajo al tío Zhang, pero debido a sus propios defectos, solo pudo suspirar en silencio, quedarse en casa, sentarse junto a la ventana y mirar.
Después de unas semanas, no sé quién animó al tío Zhang a salir a jugar. Bajó las escaleras con dificultad, cada movimiento difícil. Estaba sudando profusamente tan pronto como bajó un piso, pero aun así no se rindió y continuó moviéndose con dificultad. Al rato llegó a la plaza y el sol que llevaba mucho tiempo separado de él brillaba en su rostro, cuerpo, piernas y pies. En este momento, no parecía ser un anciano de más de sesenta años, sino un joven joven. En ese momento, una paloma blanca aterrizó sobre su hombro. El tío Zhang la sostuvo en su mano con una sonrisa feliz en su rostro. Su mente parecía estar en un lugar que nunca antes había experimentado.
Me quedé en silencio sin decir una palabra. Me pareció ver su colorido mundo interior. Por un momento, me sentí profundamente conmovido.
Durante mucho tiempo, el tío Zhang levantó la palma de la mano y dejó volar a la paloma. Creo que en este momento, el corazón del tío Zhang debe estar lleno de felicidad y alegría sin precedentes, como una persona normal.
Las acciones del tío Zhang me hicieron comprender que todos tienen derecho a vivir y que cualquiera puede crear un mundo colorido solo para sí mismo. En esta mañana llena de felicidad, el tío Zhang me dijo una verdad muy filosófica y concisa a través de sus acciones.